VERDADES Y MISTERIOS SOBRE EL JUICIO, PASION Y MUERTE DE JESUS DESDE EL
PUNTO DE VISTA HISTORICO
Todo lo que sabemos del juicio, pasión y muerte de Jesús Nazareno
están narrados por los cuatro evangelios canónicos; sin embargo para tener la
certeza de su historicidad debemos acudir a fuentes externas que hacen
referencias de este acontecimiento así tenemos el testimonio flaviano, que retirando
todas las interpolaciones cristianas escribe así: “En aquel tiempo apareció
Jesús, un hombre sabio. Porque fue autor de hechos asombrosos, maestro de gente
que recibe con gusto la verdad. Y atrajo a muchos judíos, y cuando Pilatos, a
causa de una acusación hecha por los hombres principales entre nosotros, lo
condenó a la cruz, los que antes lo habían amado no dejaron de hacerlo. Y hasta
este mismo día la tribu de los cristianos, llamados así a causa de él, no ha
desaparecido.” (Antigüedades Judías Libro XVII, capítulo 3, versículo 3). La
segunda fuente externas importante es la de Tácito en su libro de historia
titulada “Anales” quien al narrar algunos acontecimientos negativos durante el
gobierno de Nerón hace referencia del gran incendio que se produjo en Roma (15,44)
y que este emperador culpo a los cristianos; por que la opinión popular
sospechaba que el responsable era él, y el texto versa de la siguiente manera: “Por
tanto, para acallar el rumor, Nerón creó chivos expiatorios y sometió a las
torturas más refinadas a aquellos que el vulgo llamaba "cristianos",[un
grupo] odiado por sus abominables crímenes. Su nombre proviene de Cristo,
quien, bajo el reinado de Tiberio, fue ejecutado por el procurador Poncio
Pilatos. Sofocada momentáneamente, la nociva superstición se extendió de nuevo
no sólo en Judea, la tierra que originó este mal, sino también en la ciudad de
Roma, donde convergen y se cultivan fervientemente prácticas horrendas y
vergonzosas de todas clases y de todas partes del mundo.” Para el
prestigioso Filólogo español Antonio Piñero “lo que es histórico del relato de
la pasión es el prendimiento de Jesús por los soldados romanos, el juicio ante
Pilatos y la sentencia a muerte por crucifixión de Jesús como sedicioso a los ojos del Imperio
al predicar el reino de Dios, su muerte y sepultura; cumplen con el criterio de
dificultad, porque la muerte de Jesús en la cruz dificulta la credibilidad de
su mesianismo, estaría en la ruta de los anteriores pretendientes mesiánicos fracasados”(
Conferencia efectuada entre los días 18, 19, 20 y 21 de Octubre del 2017 en la
celebraron de las V Jornadas del Misterio de la Costa Tropical en el Teatro
Calderón de Motril reuniendo a investigadores y ponentes de indudable interés.
A. Piñero es uno de los prestigiosos estudiosos del cristianismo primitivo y de
la vida del Jesús histórico, publicando un sinfín de libros como “Los
cristianismos derrotados” “Jesús y las mujeres”, Guía para entender a Pablo”, “El
otro Jesús” etc.) Quiere decir que lo realmente histórico fueron la captura de Jesús
por los romanos, su juicio ante Poncio Pilatos, su condena a muerte por crucifixión
un día 14 de Nissan, viernes, día en que los judíos celebraban las pascuas (el día
del pesaj). Estos acontecimientos representaron un gran problema para las
primeras comunidades judeo-cristianas para justificar el mesianismo de Jesús;
en el curso de algunos años después de la muerte de su maestro sus discípulos reelaboran
una serie de conceptos teológicos como la muerte expiatoria del mesías para
pagar el pecado de los hombres. Sin embargo ¿Cómo justificar la muerte en crucifixión
cuando el mismo Moisés dice: “Si un hombre culpable de algún delito que merece la muerte, ha sido ajusticiado y lo
colgareis en un madero; no dejareis que su cuerpo pase la noche sobre el
madero; sin falta lo enterrareis el mismo día; porque maldito por Dios es el
colgado, y no contaminaras tu tierra que Yahvé tu Dios te da por heredad.” (Dt.
21; 22-23)? O sea Dios mismo maldice al quien muere colgado de un madero;
entonces habría que preguntarse ¿Cómo permitió para su redentor ese tipo de
muerte que el mismo maldijo para el
hombre? Pero Saulo de Tarso con mucha astucia le da otro contexto y escribe: “Cristo
nos redimió de la maldición de la ley; hecho por nosotros (los hombres) maldición;
porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero” (Ga. 3-13) lo
que nos da a entender que la maldición no es de Dios sino del hombre; porque estaríamos
concluyendo que Dios se equivocó y aun siendo omnisciente no planifico otro
tipo de muerte para su unigénito; del
que el mismo no haya maldecido.
Por otro lado cuando
los discípulos de Saulo de Tarso se fueron distanciando más de los
primeros judeo-cristianos así como de los judíos; los mismos que los perseguían
por herejía; entonces empezaron a culpar a no solo a las autoridades judías sino
a todo el pueblo judío de la muerte de Jesús. Los evangelios fueron escritos después
de la destrucción de Jerusalén por los romanos los años 70 e.c. y 73 e.c. por
la rebelión de los judíos a partir del año 66 e.c. y tanto los judíos como las
primeras comunidades cristianas tuvieron que tener un perfil bajo en sus
escritos referentes a su situación frente al imperio romano; por tanto los
evangelistas al narrar los sucesos acaecidos en tiempo de Jesús tenían que
descartar cualquier indicio histórico que comprometiera al Jesús histórico con
actos subversivos contra Roma, difundieron parte de la doctrina de Jesús
relacionadas con temas éticos-religiosos y la proclamación de un reino de Dios etéreo;
y al narrar sobre la pasión y muerte de Jesús trasladaron la responsabilidad de
este hecho histórico a los judíos y cambiaron la actitud y comportamiento de Poncio
Pilatos como que era este prefecto romano que quería a toda costa salvar de la
muerte a Jesús; un poco más y le colocan una aureola y lo canonizan a San
Pilatos; veamos que nos dice Robert
Amberlain sobre este asunto: “Antes que nada, debemos llamar la atención sobre
el hecho de que Pilatos, procurador de Roma en esas regiones lejanas,
representaba allí al cesar, en este caso a Tiberio, que no era precisamente un
emperador bondadoso y cándido. Además, Pilatos tenía como tarea esencial mantener
el orden, pero el orden romano únicamente. Las acusaciones que se dice que los
judíos llevaron ante el procurador contra Jesús no es posible que sean
verídicas. Pilatos despreciaba a los judíos, como todo romano. Tenía para con
ellos la mano dura, y Flavio Josefo nos dará numerosas pruebas de esta actitud. Sea lo que fuere, Pilatos seguro
que no estaba al corriente de las sutilezas de todas esas doctrinas judías,
expresadas en manuscritos que no poseía, y en una lengua que ignoraba; el
hebreo. Oralmente todavía le resultaba peor. Por eso eran tan despiadado frente
a cualquier agitación: «Por aquellos tiempos se presentaron algunos, que le
refirieron el caso de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilatos con la
de los sacrificios que ofrecían...» (Lucas, 13, 1-5). Este procurador de mano
dura no apreciaba en absoluto a aquel Jesús que deambulaba del norte al sur y
del este al oeste de Palestina, predicando un doctrina y un reino que no tenían
lugar en el orden romano, y, sobre todo, arrastrando tras de sí, en esa manía
suya de deambulación, a todo ese tropel de gentes vagabundas, en la que se incluían
numerosos asesinos zelotas.” (pg. 189 “Jesús o el Secreto mortal de los
Templarios” por R. Amberlain, Ediciones Martínez Roca, Barcelona, 1982); al
respecto el filósofo alejandrino Filón el judío: en su obra Legatione ad Gaium
pagina 301 lo describe como “por naturaleza rígido y porfiadamente duro” y “de
naturaleza rencorosa y hombre excesivamente iracundo”; comenta también de “los
sobornos, los actos de soberbia, los actos de violencia, los ultrajes, los
casos de tratamiento basados en el rencor, los constantes asesinatos sin
juicio, la incesante y sumamente agravante brutalidad” de los que podían
acusarlo los judíos ante el emperador, lo que al final ocurriría.
Asimismo quisieron desaparecer el
seudónimo con el que era conocido su líder como Yeshua Bar-Abba; al respecto
Rober Amberlain nos escribe que: “…el gran Orígenes, que murió en el año 254,
aseguró, que dicho nombre figuraba en ciertos manuscritos que obraban en su
poder, con lo que de este modo nos aporta la prueba de que, ya en el siglo III,
existían documentos más antiguos que los tres que aquí hemos citado, y que
aplicaban el nombre de Jesús a ese misterioso Barrabás.”(pg. 145, “Los secretos
del Gólgota” por Robert Amberlain; Ediciones Martínez Roca S.A. ,1 de junio de
1986; España); por esta razón se inventan una serie de hechos no históricos en
la pasión y muerte de Jesús; en el comentario que hiciera algunos días atrás sobre
este tema, descartamos la historicidad del juicio judío en el Sanedrin; luego también
descartaremos el hecho que fueron los judíos quienes prendieron a Jesús y lo
entregaron a Poncio Pilatos pidiendo la pena de muerte del nazareno por crucifixión.
Como ya dijimos Jesús fue capturado por las tropas romanas en el huerto de Los
Olivos, al parecer lugar donde se escondían el líder nazareno y sus seguidores
galileos luego del asalto a los mercaderes en el Templo de Jerusalén algunos días
antes; el juicio ante Poncio Pilatos seguramente fue muy sumarísimo y luego
condenado a pena de muerte por la autoridad romana; los evangelistas nos narran
la aversión que tenían las autoridades judías contra Jesús y muy por el
contrario la intención de Poncio Pilatos de querer evitar la pena de muerte del
nazareno; lo cual nos merece toda nuestra incredibilidad por la serie de actos
fuera de contexto histórico como por ejemplo el de la supuesta costumbre de la
sustitución legal de un condenado por otro con ocasión de la Pascua judía tal
como nos lo narra el evangelista Juan cuando Pilatos dice a los judíos: “…es
costumbre en la pascua que yo les devuelva un reo..” (Jn. 18,19); ese derecho
de gracia no existía en la tradición judía; Marcos y Mateo nos hacen saber que
la costumbre de liberar a un preso por fiestas pascua provenía del prefecto
romano; la intención de los evangelistas
era desvincular el sobrenombre de Jesús Bar-Abba con la de otro personaje ficticio
llamado Barrabas quien era un sedicioso y el pueblo exige su liberación según Lucas
quien es el único quien no comenta sobre la falsa costumbre de liberar a un reo
en la Pascua judía; tal parece que la verdad oculta en Lucas es que el pueblo exigía
la liberación de su líder mesiánico Yeshua Bar-Abbas. Poncio Pilatos odiaba a
los Judíos y en la vida se iba a dejar manejar por los sumos sacerdotes como se
nos lo cuentan en los evangelios e inclusive en la supuesta tradición de fiesta de Pascua de conmutar la
pena de un reo (tradición que como ya dijimos nunca existió), el intercambio de
Barrabas un sedicioso zelota por la de Jesús a quien el prefecto no veía culpa
alguna es algo que un historiador ajeno a toda influencia religiosa no se lo
cree ¿Cómo podría un Prefecto Romano que representaba al Cesar dejar libre a un
líder zelota, enemigo de Roma por un
hombre en quien no veía culpa alguna
inocente? John Dominic Crossan una de las eminentes autoridades en los que se
llama historiografía del Nuevo Testamento en su Obra “Jesús: Biografía
revolucionaria” nos dice lo siguiente sobre este asunto: “A mi juicio, todo
este episodio (sobre el juicio de Jesús) es absolutamente anti histórico, y lo
más probable es que se trate de una invención de Marcos. Dos son los motivos en
los que me baso. Uno es que la imagen que ofrece de Pilato, en exceso
condescendiente con el griterío de las turbas, es justamente la contraria de la
que conocemos por los relatos de Josefo. Su especialidad era precisamente el control brutal de las
multitudes. El segundo es que esa costumbre de la amnistía sin restricciones,
de liberar a cualquier preso que solicitara el pueblo, con motivo de la
festividad de la pascua, iría contra los dictados de la más elemental prudencia
administrativa.” (pag. 159; “Jesús;
Biografía Revolucionaria” por John Dominica Crossan; Ediciones Grijaldo Mondadori, Barcelona-España, 1996).
Para abundar en argumentos a
favor de la ahistoridad de la consulta popular para amnistiar a un reo
condenado a muerte nos remitimos lo que nos dice Daniel-Rops: “Se ha discutido
mucho sobre ese derecho de gracia que el pueblo podía reclamar, y que el reyes
no disponían de ella, y en cambio tenían el poder de aumentar una pena que
ellos juzgaran insuficiente. Y, en efecto, la remisión de las penas no es
conciliable con el principio mismo de la ley mosaica, que ve en la falta una
ofensa a Dios. En Roma sólo podía apelarse a los Comicios en caso de sentencia
capital, pero no se ve que el pueblo hubiera tomado la iniciativa de pedir la
gracia sin petición previa del condenado. Ahora bien, un papiro que data del
año 86 u 88 de nuestra era confirmó el episodio evangélico al mostrar a un
prefecto de Egipto perdonando a un culpable “a causa de la multitud”. El
fundamento jurídico del acto de gracia importa poco, tanto si se trata de una
forma de la abolitio, amnistía que los emperadores promulgaban con ocasión de
sus victorias o de ciertas fiestas, como de una indulgentia, derecho de gracia
que estaba en la mano de la persona del emperador, y que éste hubiera hecho
extensivo a su representante. En este caso parece que se trató de una medida
excepcional, resultante de unos hábitos locales de los que nosotros no estamos
informados...” (Cf. Daniel-Rops, Jesús et son temps, X, “Le procès de Jésus”).
Como se ve este episodio de un indulto sui generis en Egipto por una autoridad
romana solo se dio en forma excepcional, empero lo que no nos explica
Daniel-Rops que el reo en cuestión era un ciudadano romano; además el documento
que hace alusión no es otro que el papiro de Florencia nº 50, que data del año
85 de nuestra era, y que nos proporciona un ejemplo de gracia concedida a un
acusado por un magistrado romano a petición de la multitud. Contiene, en
efecto, el proceso verbal de un juicio dictado por G. Septimius Vegetus,
gobernador de Egipto, en favor de un tal Fibion, quien, por su propia
autoridad, y estimándose por encima de la ley, había encarcelado a un hombre
honorable y a su esposa, que eran sus deudores. Y el gobernador declaró
entonces: “¡Merecerías ser flagelado! Pero te entregaré al pueblo” (Cf. A.
Deissmann; Licht vom Osten, das Neue Testament und die neu entdeckten Texte der
hellenistisch-römischen Welt, Tubinga, 1908, pp. 193-194). No existía en la
jurisprudencia de la Roma imperial caso alguna en la que se indultara a un
“lestei”, es decir a un rebelde contra el orden imperial, como lo fue
seguramente Jesús Nazareno.
CONSECUENCIAS DE LA FALSEDAD HISTORIDAD DE LA PASION Y MUERTE DE JESUS
Cuando el cristianismo se difunde en Roma la
ideología de Pablo respecto a la doctrina de Jesús orientada a los no judíos,
se hace más accesible a los romanos; es por ello que en el Concilio de Nicea en
el año 325 EC es el cristianismo Paulista el que se impone por ser el más
conveniente para los intereses del Emperador Constantino; ya por ese entonces
existía entre los cristianos paulista un gran antisemitismo visceral porque
consideraban que los Judíos fueron los responsables directos de la muerte de
Jesús, exculpando de toda culpa a los Romanos; es muy probable que Constantino
contribuyo en ese sentido, haciendo retirar de los evangelios canónicos
cualquier vestigio, que culpara a las autoridades romanas de entonces de la
muerte de Jesús. ¿Cómo se iba a difundir una religión entre los romanos cuando
su Dios hecho hombre fue muerto por ellos mismos? Eso carecería de toda lógica;
así que eliminan todo escrito en ese sentido y muy posible que modificaron
también los escritos evangélicos bajo la vigilancia de Eusebio de Cesarea.
Tanto así que el mismo Eusebio de Cesarea cuando en su Historia Eclesiástica
pone en mención lo escrito por Josefo sobre los hechos de la guerra de los
Judíos con los Romanos entre los años 67 y 73 EC comenta finalmente que “de este modo, pues la
Justicia de Dios, perseguía a los Judíos por sus crímenes contra Cristo”
(pag.28 Libro II “Historia Eclecuastica”).
Reza Aslan, académico en Historiografía de Nuevo Testamento, en su obra
“El Zelote” comenta sobre el juicio de Jesús redactado en Marcos Cap. 15 vers.
1-20 en los siguientes términos: “…un relato inventado por Marcos, con
propósitos estrictamente evangelizadores, para absolver a Roma de toda culpa
por la muerte de Jesús, se amplía hasta el punto del absurdo, convirtiéndose
con el transcurso del tiempo en la base para dos mil años de antisemitismo
cristiano” (pg. 181, “El Zelote; La vida y la época e Jesús de Nazaret”,
Ediciones Urano SA, Barcelona-España; 2014).
Pues no le falta razón, el pueblo judío
durante la llamada época de la diáspora, estaban distribuidos en prosperas
comunidades en toda Europa, sin embargo siempre fueron el blanco de los ataques
de la nefasta institución creada por la Iglesia de Roma conocida como “La Santa
Inquisición” que de santa no tuvo nada, más bien fue una maquinaria de tortura
y muerte, muchas familias judías seguramente pasaron por esta corte y para
salvar sus vidas tuvieron que convertirse a la fe cristiana; otros que se
mantuvieron fiel a sus creencias pasaron por la horrenda muerte en la pira. Sin
embargo el principal líder de la Reforma del siglo XVI Martin Lutero fue uno de
los principales impulsores en la persecución de las comunidades judías en
Alemania y los demás reinos cristianos; cuando publico su libro titulado “los
judíos y sus mentiras” en 1543 promovió acciones en contra de los judíos porque
no creían en Jesús como su mesías y fueron sus ancestros quienes le dieron
muerte en la cruz, por ello en su libro expone algunas acciones violentas
contra ellos justificándolos como un acto de
desagravio por lo que hicieron con Jesús, en los siguientes términos:
“Dado que viven con nosotros, no
osamos tolerar su conducta ahora que estamos al tanto de sus mentiras, sus
injurias y sus blasfemias… en primer lugar, debemos prender fuego a sus
sinagogas o escuelas y enterrar y tapar con suciedad todo lo que no prendamos
fuego, para que ningún hombre vuelva a ver de ellos piedra o ceniza.
Esto ha de hacerse en honor a
nuestro señor y a la cristiandad, de modo que Dios vea que nosotros somos
cristianos y que no aprobamos ni toleramos, a sabiendas, tales mentiras,
maldiciones y blasfemias a su hijo y a sus cristianos… en segundo lugar,
también aconsejo que sus casas sean arrasadas y destruidas, porque en ellas
persiguen los mismos fines que en sus sinagogas… en tercer lugar, aconsejo que
sus libros de plegarias (sidurim) y escritos talmúdicos, por medio de los
cuales se enseñan la idolatría, las mentiras, maldiciones y blasfemias, les
sean quitados… en cuarto lugar, aconsejo que de ahora en adelante se les
prohíba a los rabinos enseñar sobre el dolor de la perdida de la vida o
extremidad… en quinto lugar, que la protección en los caminos sea abolida
completamente para los judíos. no tienen nada que hacer en las afueras de las
ciudades dado que no son señores, funcionarios, comerciantes, ni nada por el
estilo… en sexto lugar, aconsejo que se les prohíba la usura, y que se les
quite todo el dinero y todas las riquezas en plata y oro, y que luego todo esto
sea guardado en lugar seguro… en séptimo lugar, recomiendo poner o un mayal o
una hacha o una azada o una pala o una rueca o un huso en las manos de judíos y
judías jóvenes y fuertes y dejar que coman el pan con el sudor de su rostro,
como se le impuso a los hijos de Adán.”
De acuerdo al historiador jesuita
Paul Johnson, la obra de Lutero es el “primer trabajo antisemita moderno y un
paso gigantesco en el camino hacia el Holocausto”En la Segunda Guerra Mundial
cuando los alemanes crearon los famosos campos de concentración donde tuvieron
en condición de presos a los judíos y que dichos campos no eran otra cosa que
lugares de exterminio humano, todas las iglesias de la cristiandad no alzaron
su voz de protesta ante un crimen de lesa humanidad; seguramente con la misma
sesgada mentalidad tradicional de que se trataba de un castigo divino por ser
ellos, los judíos, los que dieron muerte a Jesús; hoy sabemos que toda esa
creencia es tan falsa y aseguramos históricamente que la muerte del mesías
galileo fue exclusivamente a manos de las autoridades romanas de entonces y por
las razones explicadas líneas arriba, obviamente en complicidad con las
autoridades judías mas no del pueblo judío que seguramente lo admiraban y
muchos eran sus seguidores y creyentes en su mensaje de amor y justicia. El 27
de Enero del 2011 en conmemoración de las Víctimas del Holocausto de
Auschwitz-Birkenau y quizás como un acto de “mea culpa”, el papa Juan Pablo
II; quien en numerosas ocasiones reflexionó sobre el tema; señaló: “Auschwitz (campo de exterminio
construido en 1940 por los Nazis) no cesa de amonestarnos, aún en nuestros
días, recordando que el antisemitismo es un gran pecado contra la humanidad;
que todo odio racial acaba inevitablemente por llevar a la conculcación de la
divinidad humana”. En la misma línea, el papa, Benedicto XVI, ha calificado el
Holocausto “como una vergüenza indeleble en la historia de la humanidad”.
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