DESCIFRANDO ISAIAS 7,14
John Meier, sacerdote norteamericano en su obra "Un judío marginal" reconoce
que las narraciones sobre la concepción virginal de María en los evangelios de Mateo y Lucas "se trata
de un teologumeno que es un término que suele emplearse para indicar un relato
teológico que no representa un acontecimiento histórico;" reconoce además que "hoy, en la teología
católica, la profesión de fe en
Jesucristo Dios y hombre verdadero no exige necesariamente la concepción y el
nacimiento virginal de Jesús" (Ibíd. pg. 235).
Asimismo la necesidad que vieron los evangelistas Mateo y Lucas de hacer
nacer a Jesús en Belén, cada quien por su cuenta en versiones disimiles y
contradictorias es irrelevante para la
cristología divina de Jesús pues el mismo Meier afirma: "Pero la ironía reside
en que el origen terreno de Jesús, sea Nazaret o Belén, carece de importancia a
fin de cuentas. En definitiva, Jesús procede
de arriba, del cielo, del Padre, mientras que las personas que hacen la
objeción sólo tienen ojos para lo de "abajo", para la
"carne" de este mundo. Jesús se refiere precisamente a esto después,
hablando de nuevo en el templo: «Vosotros pertenecéis a lo de aquí abajo, yo
pertenezco a lo de arriba» (Jn 8,23); por eso no le pueden entender (Ibíd.; pg.
208).
Esta traducción de Isaías del hebreo ha sido aceptado por
todos los eruditos en filología bíblica tanto confesionales como no
confesionales, tanto es así que la última edición de la Biblia Católica en sus
ediciones paulinas en Isaías 7; 14 reemplazo la palabra virgen por joven; en el campo de la erudición académica de la
Historia del Origen del Cristianismo Primitivo, los teólogos católicos aceptan
como la transcripción correcta del hebreo en Isaías, las encontradas en los
rollos del Mar Muerto en Qumran, sin embargo desde el punto de vista
catequético se soslaya la real dimensión de este descubrimiento, porque al no
existir ninguna profecía sobre la manera
en el que debería nacer el mesías, la narrativa del nacimiento de Jesús hecha por
el evangelista Mateo carece de sustento.
Pero vayamos a
analizar a quien se refería el autor del libro de Isaías cuando hace alusión de
la joven embarazada, todos los profetas de aquel tiempo anunciaban predicciones
de un futuro inmediato, no hacían predicciones para mil o dos mil años hacia
adelante es un aspecto que hay que tener en cuenta; después de la profecía que
dio Isaías el rey Acaz (que vimos en 7,14) más adelante el profeta escribe: "Y me llegue
a la profetisa, la cual concibió y dio a luz un hijo. Y me dijo Yave: Ponle de
nombre Maher-salal-hasbaz. Porque antes que el niño sepa decir padre mío y
madre mía, será quitada la riqueza de Damasco y los despojos de Samaria delante
del rey de Asiria" (Is. 8, 3-4) como se lee la profetisa es la mujer del
profeta Isaías, con quien tuvo relación sexual producto del cual nació un niño y
en el lapso de dos años (cuando el niño aprenda a hablar) los reinos de Siria e
Israel serán aniquilados por los Asirios; esta segunda profecía se dio unos
cinco a seis años de la primera; en esta segunda profecía sabemos que el niño en
mención es el hijo del profeta, sin embargo hasta ahora no sabemos de quién es
hijo de la primera profecía; veamos en 8,18 Isaías escribe: "He aquí, yo y los
hijos que me dio Yave somos por señales presagio por Israel, de parte de Yave
de los ejércitos que mora en el monte de Sion". No es difícil deducir que la
joven embaraza de 7,14 también es la profetisa
o mujer del profeta Isaías, luego el niño Emanuel es hijo del profeta.
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