Saturday, December 2, 2023

Descifrando Isaias 7,14

                                                 DESCIFRANDO ISAIAS 7,14

En el primer capítulo del evangelio de Mateo, versículo 23, hallamos la referencia que hace su autor sobre una profecía antigua que anticipa el nacimiento de Jesús de Nazaret; se trata de una profecía del libro de Isaías donde en el capítulo 7 versículo 14 dice: "El señor pues les dará esta señal: La virgen está embarazada y da a luz un varón a quien le pone el nombre de Emanuel". Empero hay que hacer una aclaración; la referencia de este versículo esta fuera de contexto de la manera como el autor de este evangelio lo presenta; si uno tiene la molestia de leer todo el capítulo 7, caerá en cuenta que el versículo en cuestión tiene otra connotación, veamos, en tiempo del reinado de Acaz en Judea, se levantaron en contra de este rey, Rasin rey de Siria y Pecaj rey de Israel (en tiempos del rey Salomón se dividió el reino Hebreo en el reino de Israel que agrupaba 10 tribus y el reino de Judá que agrupaba las dos tribus restantes) porque este rey no quiso aliarse con estos reinos para hacer frente al poderoso imperio Asirio. Acaz al saber de las intenciones de estos dos reinos se consterno de gran manera, entonces Yahvé le dice a Isaías que le diga a Acaz que no le tema a sus enemigos y que en un ofrenda le pida a su dios Yahvé una señal, Acaz no se atreve a pedir auxilio a su Dios porque ya había solicitado ayuda al rey de Asiria Teglatfalasar, entonces Isaías insiste mencionando la señal profética en el que dice que en el transcurso que una mujer joven embarazada dé a luz un niño y que esté crezca y cuando esté en capacidad de distinguir entre el bien y el mal (ósea en el lapso de unos siete u ocho años) los reinos de Israel y Siria serán desbastados: este es el contexto de Isaías 7,14. Es más el evangelista de Mateo que tiene a la mano la versión de la Septuaguinta de la Biblia escrita en griego koiné, interpreta la palabra párthenos exclusivamente como virgen cuando su significación también se refiere a mujer joven no virgen o doncella  según él contexto; hay que tener en cuenta que la Biblia hebrea escrito en Arameo o hebreo fue totalmente destruida tras el incendio y destrucción del Segundo Templo de Jerusalén tras la invasión de los Romanos en la Guerra contra los judíos el año 70 EC. Cuando los masoretas (escribas hebreos en tiempo de la diáspora) en el siglo II e.c. volvieron a traducir los libros del Tanaj al hebreo, para el libro de Isaías en 7; 14 emplearon la palabra העלמה que se pronuncia "almah" y quiere decir: doncella, mujer joven o muchacha lo cual el texto en español diría: "El señor, pues, os dará una señal: la joven está embarazada y da a luz un varón a quien le pone el nombre Emanuel"; Los Hebreos usaban una expresión diferente al referirse a una virgen (es decir una mujer que no ha tenido relación sexual) que se pronunciaba "betulah" y se escribe: בתולה. Esta traducción fue tema de discusión por muchos siglos, para la Iglesia Católica se trataba de una mala intención de los judíos de la diáspora por desvirtuar el embarazo virginal de María; sin embargo con el descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto en 1947; se encontraron el libro completo de Isaías en hebreo, mucho más antiguo que la traducción de los masoretas y de la versión de la Biblia de la Septuaguinta; dándoles la razón a los masoretas ya que en Isaías 7; 14 se escribe "almah" y no "betulah" al referirse a la mujer embarazada.

John Meier, sacerdote norteamericano en su obra "Un judío marginal" reconoce que las narraciones sobre la concepción virginal de María en los evangelios de Mateo y Lucas "se trata de un teologumeno que es un término que suele emplearse para indicar un relato teológico que no representa un acontecimiento histórico;" reconoce además que "hoy, en la teología católica, la profesión de fe en Jesucristo Dios y hombre verdadero no exige necesariamente la concepción y el nacimiento virginal de Jesús" (Ibíd. pg. 235). Asimismo la necesidad que vieron los evangelistas Mateo y Lucas de hacer nacer a Jesús en Belén, cada quien por su cuenta en versiones disimiles y contradictorias es irrelevante para la cristología divina de Jesús pues el mismo Meier afirma: "Pero la ironía reside en que el origen terreno de Jesús, sea Nazaret o Belén, carece de importancia a fin de cuentas. En definitiva, Jesús procede de arriba, del cielo, del Padre, mientras que las personas que hacen la objeción sólo tienen ojos para lo de "abajo", para la "carne" de este mundo. Jesús se refiere precisamente a esto después, hablando de nuevo en el templo: «Vosotros pertenecéis a lo de aquí abajo, yo pertenezco a lo de arriba» (Jn 8,23); por eso no le pueden entender (Ibíd.; pg. 208).

Esta traducción de Isaías del hebreo ha sido aceptado por todos los eruditos en filología bíblica tanto confesionales como no confesionales, tanto es así que la última edición de la Biblia Católica en sus ediciones paulinas en Isaías 7; 14 reemplazo la palabra virgen por joven; en el campo de la erudición académica de la Historia del Origen del Cristianismo Primitivo, los teólogos católicos aceptan como la transcripción correcta del hebreo en Isaías, las encontradas en los rollos del Mar Muerto en Qumran, sin embargo desde el punto de vista catequético se soslaya la real dimensión de este descubrimiento, porque al no existir ninguna profecía sobre la manera en el que debería nacer el mesías, la narrativa del nacimiento de Jesús hecha por el evangelista Mateo carece de sustento.

Pero vayamos a analizar a quien se refería el autor del libro de Isaías cuando hace alusión de la joven embarazada, todos los profetas de aquel tiempo anunciaban predicciones de un futuro inmediato, no hacían predicciones para mil o dos mil años hacia adelante es un aspecto que hay que tener en cuenta; después de la profecía que dio Isaías el rey Acaz (que vimos en 7,14) más adelante el profeta escribe: "Y me llegue a la profetisa, la cual concibió y dio a luz un hijo. Y me dijo Yave: Ponle de nombre Maher-salal-hasbaz. Porque antes que el niño sepa decir padre mío y madre mía, será quitada la riqueza de Damasco y los despojos de Samaria delante del rey de Asiria" (Is. 8, 3-4) como se lee la profetisa es la mujer del profeta Isaías, con quien tuvo relación sexual producto del cual nació un niño y en el lapso de dos años (cuando el niño aprenda a hablar) los reinos de Siria e Israel serán aniquilados por los Asirios; esta segunda profecía se dio unos cinco a seis años de la primera; en esta segunda profecía sabemos que el niño en mención es el hijo del profeta, sin embargo hasta ahora no sabemos de quién es hijo de la primera profecía; veamos en 8,18 Isaías escribe: "He aquí, yo y los hijos que me dio Yave somos por señales presagio por Israel, de parte de Yave de los ejércitos que mora en el monte de Sion". No es difícil deducir que la joven embaraza de 7,14 también es la profetisa o mujer del profeta Isaías, luego el niño Emanuel es hijo del profeta.

 



 

  

 

No comments:

Post a Comment